EL TEMA
Una mujer crea una empresa. Es la dueña y voz principal de la compañía.
Todo iba bien hasta que algunos profesionales que se unieron a esta iniciativa comenzaron a enfrentarse a la mujer, logrando no solo desestabilizar a la dueña sino también a la empresa como tal.
Las cosas empezaron a ir mal en la empresa, tanto que la dueña decide retirarse y comenzar de cero un nuevo proyecto.
En ese punto, es cuando decide constelar.
HISTORIA FAMILIAR
Más allá de la empresa, en la historia familiar de esta mujer había un detalle muy importante: sus padres judíos habían tenido que huir de Europa durante la segunda guerra mundial, perseguidos por los alemanes.
PREGUNTA
Qué resonaba como repetición entre su historia y la historia de sus padres? Se plantea la hipótesis del fuerte vínculo entre perseguidos y perseguidores, entre víctimas y victimarios.
COMENTARIO
Debo confesar como consteladora, que siempre me ha sorprendido el nexo relevante entre las víctimas y sus victimarios. Es incluso, he visto cómo a veces la carga emocional más pesada la lleva el victimario, quien sólo tiene paz cuando puede encontrarse con su víctima y ser incluido, a pesar de su destino.
EL TRABAJO
Se armaron dos representaciones en paralelo. Una, para la mujer y su empresa nueva. Y otra, para sus víctimas y victimarios ancestrales.
En un primer movimiento, la mujer no lograba ver o acercarse a la empresa. Su mirada y cuerpo se dirigían hacia las víctimas ancestrales.
Su representante decía tener mucha energía, pero aparecía como una energía sin dirección precisa.
Pasamos a trabajar con la dupla de víctima/victimario.
Los victimarios estaban acostados en el piso. Las víctimas de pie, mirando a sus perpetradores. Y este par encontró paz cuando pudieron acostarse uno al lado del otro. Juntos, en el piso. Conectados.
Trabajamos en su reconocimiento mutuo, su integración como par, en su pertenencia y especialmente, en que pudieran decirle a la mujer que ella no tenía nada que ver con esa historia y que no tenía que cargar con ella.
Después de esta resolución, la mujer no solo pudo mirar a la empresa nueva con tranquilidad, sino que logró colocarse delante de sus ancestros y tomar de ellos la fuerza para este nuevo emprendimiento.
También se mostró más tranquila en cuanto a su energía. Con energía y paz al mismo tiempo.
La paciente decía al final, que sentía como si los ancestros la hubieran pateado suavemente para que avanzara a lo nuevo. Lo que suelo llamar "la patadita amorosa" que dan los que vinieron antes para ayudarnos a hacer nuestra propia historia.
Texto: Raiza Ramírez