domingo, julio 15, 2007

El arte de comparar


“Esto es mejor que aquello”
“Me gusta más este helado que aquél”
“Fulanito es más simpático que menganito”
“Este viaje fue menos divertido que el anterior”

¿Para qué comparamos? ¿Qué nos pasa cuando colocamos dos personas, situaciones o cosas frente a nosotros y comenzamos a cotejarlas?

Basándonos en la idea de que no existe nada más que no sea el presente, no puede haber otra situación o persona en este momento que no sea la que se encuentra frente a mí en este instante.

En el momento en el que empiezo a comparar me voy del ahora, bien sea para el pasado o para el futuro. Si mi novio (del presente) es más divertido que mi ex novio (del pasado), cuando los pongo en una balanza, ¿Qué estoy haciendo? ¿Estoy con mi actualidad o me estoy yendo a otro tiempo?

Si el dolor que siento ahora es menos intenso que el que sentí hace una semana, ¿En qué sentimiento me encuentro? ¿En el de hoy o en el de hace unos días?

Entonces, ¿vivo en el presente o me marcho a otros tiempos?

Lo anterior corresponde a cómo puedo usar las comparaciones de manera neurótica. Y no es que sea bueno o malo, es simple: dejo de estar en el ahora y recreo una situación que no existe en la actualidad, bien sea porque ya pasó o porque aún no ha llegado.

¿Cómo usarla de manera sana?

Comparar también puede usarse para diferenciar. En este caso, tiene una función sana. A veces, podemos confundir dos situaciones o personas creyendo que se parecen y, por lo tanto, actuar ante ambas sin discernir cuál es cuál. En estos casos, colocar una frente a otra nos puede ayudar a mirarlas con detalle y comenzar a verlas de otra manera, especialmente cuando le asignamos a cada una sus propias características.

Por ejemplo, si dos personas se te parecen (física o internamente), puedes compararlas y buscar, tres aspectos que los diferencien a una de la otra. De esta manera, la próxima vez que mires a este ser humano, sabrás que se trata de él o de ella y no de otro individuo. Ante esta nueva perspectiva, podrás escoger cómo ser o qué actitud tomar hacia esta persona.

Si quieres concertar una cita o te interesa tratar algún tema en particular, me puedes contactar a través del siguiente número de teléfono: 15-63649171 o a través del correo electrónico: raizaramirez@gmail.com

Lic. Raiza Ramírez
Terapeuta Gestáltica

No hay comentarios.:

Qué es Bebé Gestalt

Mamá y Papá: el principio de todo.

Mamá y Papá: el principio de todo.
La vida viene de mamá y papá. Y yo, como hijo soy 50% mamá y 50% papá. Estoy conectado una suerte de “hilos invisibles” a ellos y a los que vinieron antes que ellos y que hicieron posible mi vida. A donde me mueva y vaya, los hilos van conmigo. (Haz clic sobre la foto para leer el texto completo)

¿Neurótico yo?

¿Neurótico yo?
Fritz Perls, creador de la Terapia Gestáltica, escribió que todos los seres humanos somos neuróticos. Esta aseveración quizá puede resultar antipática para algunos, ¿cómo es posible esto? A continuación podrás leer algunas pistas que te ayudarán a saber si eres neurótico o no. (Haz clic sobre la foto para leer el texto completo)

¿Llueve o hace sol?

¿Llueve o hace sol?
Si se pudiera hablar de un “ideal”, sería el siguiente: tener el paraguas a la mano, estar pendiente del tiempo y probar. A veces será el momento de abrirlo porque el cielo anuncia tormenta y otras veces de cerrarlo pues el sol está resplandeciente. (Haz clic sobre la foto para leer el texto completo)

La pareja y el morral

La pareja y el morral
Una mujer, luego de pasar un tiempo sin pareja, conoce a dos hombres: A y B. El “A” parece tener todas las cualidades “buenas” que ellos “deben tener”: es soltero, tiene una buena posición económica, está disponible para ella, es cariñoso, de buena familia. El “B”, pareciera cargar una mochila más grande: tiene un hijo, una ex mujer y algunos problemas sin resolver. (Haz clic sobre la foto para leer el texto completo)

La empresa de un solo empleado

La empresa de un solo empleado
Por muchos años esta mujer tuvo y mantuvo una empresa de múltiples empleados. Estaba tan atareada con sus ocupaciones que se olvidó de ella misma. A veces no se pagaba el sueldo, hubo años en los que no vio utilidades. (Haz clic sobre la foto para leer el texto completo)